Ya sé que es una canción y no dice eso precisamente, pero yo si lo digo porque a la perrera vuelven por Navidad muchos de aquellos perros que un año antes, entre mimos y halagos, se adquirieron como regalo de familiares a niños en tiendas destinadas a la venta de las mal llamadas mascotas. Y si afirmo que vuelven es porque muchos de ellos fueron previamente abandonados en verano, llevaron mala vida, la perrera los capturó, tal vez algunos después fueron adoptados... y vueltos a abandonar en un ciclo fatal y repetitivo.
Tengo a la vista un anuncio en el que se puede contemplar a una niñita abrazando a un perro blanco, muy bonito, cachorro, que apoya confiado y feliz la cabeza en el hombro de su dueña. Tiene los ojos entornados y su expresión es relajada y tranquila. Indudablemente no sabe lo que le espera en cuanto la niña se aburra de él o los padres juzguen que ha crecido demasiado y es más un estorbo que otra cosa, entonces a la calle porque como es un animal que los animales no sienten ni padecen y se saben arreglar solos.
Los animales no son muñecos de peluche para colocar en una estantería y olvidarlos.
Hay cientos de animales, miles, que abandonados suelen tener un final trágico, sobre todo en las perreras, y si de entre ellos sobreviven unos cuantos es gracias a los buenos oficios de particulares que luchan por su salvación, los rescatan y les buscan adopciones responsables. En su mayoría son mujeres y muy buenas personas que sacrifican su tiempo libre y aun su dinero, por ayudar a los animales. Hay quien incluso ha hecho huelga de hambre para llamar la atención sobre el estado de las perreras y el trato inhumano que se da a los animales en ellas.
Pero por desgracia es clamar en desierto: mientras existan seres humanos egoístas los unos, malvados los otros, indiferentes los más, las perreras seguirán organizando hecatombes mientras muchas gentes miran hacia otro lado.
Los animales no son muñecos de peluche para colocar en una estantería y olvidarlos.
Hay cientos de animales, miles, que abandonados suelen tener un final trágico, sobre todo en las perreras, y si de entre ellos sobreviven unos cuantos es gracias a los buenos oficios de particulares que luchan por su salvación, los rescatan y les buscan adopciones responsables. En su mayoría son mujeres y muy buenas personas que sacrifican su tiempo libre y aun su dinero, por ayudar a los animales. Hay quien incluso ha hecho huelga de hambre para llamar la atención sobre el estado de las perreras y el trato inhumano que se da a los animales en ellas.
Pero por desgracia es clamar en desierto: mientras existan seres humanos egoístas los unos, malvados los otros, indiferentes los más, las perreras seguirán organizando hecatombes mientras muchas gentes miran hacia otro lado.
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VUELVE A LA PERRERA POR NAVIDAD... Copyright 2011 Estrella Cardona Gamio
http://lacomunidad.elpais.com/estrellacardonagamio/2011/12/31/vuelve-la-perrera-navidad-
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