Dos ejemplos:


No digo que el conservar las ilusiones te haga llegar a centenario ni te convierta en millonario, pero de alguna manera te comunica optimismo y esperanzas en un futuro mejor. Esos que sueñan eternamente en la lotería y se compran su decimito, o su número, o hacen la primitiva, y nunca les toca, y sin embargo no se desaniman, no pierden la ilusión ni la esperanza, puede que jamás lleguen a lograr su sueño, pero cada semana los sueños se renuevan, las ilusiones, y eso les ayuda a seguir viviendo; el día que arrojen la toalla, ese día habrán cerrado una puerta muy importante en su existencia.
De ilusión también se vive y cuando no se tienen tales ensueños la existencia se vuelve amarga y el horizonte limitado. Sé que habrá quien pueda argüir que posiblemente esas ilusiones no son más que un autoengaño, que incluso pueden privarnos de conseguir objetivos más sensatos, pero se equivocan. El filósofo Emerson decía: "unce tu carro a una estrella", y tenía mucha razón, de hecho, los grandes soñadores son los que han conseguido los mayores triunfos en este mundo, no hay que olvidarlo. Cuando ya nada queda, si cerramos la caja de Pandora, dejaremos prisioneras para siempre a nuestras ilusiones y podremos ser viejos prematuros sin haberlo deseado nunca, viejos sentados al sol en los bancos de mil avenidas por las que transitan los autobuses de todas las ciudades.
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DE ILUSIÓN TAMBIÉN SE VIVE Copyright 2011 Estrella Cardona Gamio
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